Esta semana
ha sido especial, irrepetible e inolvidable para los que somos católicos,
fuimos anfitriones del Papa Francisco.
Seguramente
quienes profesamos la religión de alguna manera hemos buscado un acercamiento
para escuchar su palabra y guardar en nuestra retina su imagen de recuerdo.
Sus mensajes
fueron directos y otros literalmente directos a la “vena sin anestesia”, como
padre de cabeza de familia nos ha llamado la atención e invitado a la reflexión
y cambio, sé que de un día a otro ello no sucederá, pero si está en nosotros la
decisión de ser mejores seres humanos, mejores padres, mejores hijos.
No sé si
mañana se acaba el mundo o deje de existir, lo que sé es que no me llevaré
absolutamente nada físico, por ello mi mayor legado es dejar a mis hijos
valores, y lindos recuerdos.